trescientas ilusiones de compañía.
trescientas razones para no seguir con nada.
al final simplemente es como ser un cactus en un desierto. nadie está a tu lado , hace demasiado calor, no hay agua, se sufre. solo de tanto en vez, alguna comadreja se acerca a la sombra para rasgarte el tronco y humedecer su boca con mi sangre. para ella tengo espinas.
tengo trescientas espinas
23 abr 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario